Regencós es un pequeño pueblo en medio de la comarca del Baix Empordà, ideal para relajarse y desconectar de la rutina. Con una extensión de 6km2 y a 78 metros de altitud, el pueblo limita con otros puntos idílicos de la Costa Brava como Begur, Pals o Palafrugell.
Los orígenes de Regencós se remontan a la leyenda del Tesoro del Dragón de Quermany, un fabuloso animal que custodiaba un valioso tesoro dentro de los restos de un antiguo castillo encima de la montaña. Más allá de la leyenda, las primeras referencias gráficas de Regencós datan de una pedrera del año 1312, en plena etapa medieval.
Se sabe que al menos desde esta fecha, el pueblo de Regencós pertenecía, junto con Esclanyà y Begur, a los Cruïlles, que fueron vencidos por el rey Pere el Cerimoniós. El hecho de no citar en esa época Regencós como castillo sino como lugar hace pensar que su antigua muralla es de épocas posteriores, posiblemente de los siglos XIV y XV.
El nombre Regencós deriva del nombre propio germánico Reginkoz, hecho que explicaría el dicho popular, que denomina el pueblo de Regincós y no Regencós. En los censos de 1365 a 1370 se le llama “Sclanyà e Rajacós”.
Uno de los otros atractivos del municipio es la iglesia de Sant Vicenç, un templo del año 1815 con una nave de capillas laterales y ábside poligonal. El itinerario por este paraíso natural que es Regencós puede terminar en la Riera dels Molins, donde el agua llega procedente del Macizo de les Gavarres para desembocar en Calonge